«No gustamos a nadie, pero no nos importa. Así reza el lema y título del himno del Millwall FC. Este equipo al sureste de Londres, encasillado en la 2ªB inglesa (Coca-Cola League 1), es conocido en su país no por su fútbol, sino por sus hinchas. Su mala reputación hace que el Millwall siempre esté en la ‘superliga’ de la violencia, pero en la liga menor del fútbol. Este martes por la noche, sus hooligans escribieron otro capítulo más de su afamada violencia frente al equipo que más odian, el West Ham.
Son los hinchas más temidos por la policía de Inglaterra. Ni Chelsea, ni Liverpool, ni Manchester… los radicales del Millwall, ‘Bushwackers’ y ‘The Treatment’, superan la temeridad de cualquier otro hincha. La afición de este club se frotó las manos cuando conocieron que la Carling Cup les iba a posibilitar vérselas con su eterno enemigo, los hammers. La pelea con hinchas de sus vecinos londinenses estaba servida. Quedaron antes del encuentro y también se vieron después.
Son partidos marcados en el calendario de un hooligan del Millwall. Un partido frente al West Ham no se da todos los años, el último fue en abril de 2005. Documentales y películas –como The Football Factory- se han basado en esta afición para plasmar sus acciones en la pequeña y gran pantalla. Ellos lo saben, se sienten orgullosos.
El club es el epicentro de sus vidas. Viven y trabajan por y para él. Es una tradición que, en los hooligans más radicales, se pasa de padres a hijos. Alcohol, violencia y fútbol.
A pesar de la humildad de un club de 2ªB, fundado en 1885, la afición llena el estadio cada jornada y en 2004, cuando disputaron la final de la ‘FA Cup’ frente al Manchester, 40.000 aficionados se desplazaron a Cardiff, donde tuvo lugar el encuentro.
Los futbolistas y directivos pasan, nosotros premanecemos
Se sienten dueños del club, por encima de la directiva y jugadores. ‘Los futbolistas y directivos pasan, nosotros permanecemos’, es una de las consignas de cualquier aficionado radical por todo el mundo, ellos lo llevaron a la práctica cuando cambiaron de estadio. Desmantelaron el campo en el último partido y se lo llevaron literalmente a sus casas. Sillas, césped, placas…
El Millwall, al igual que el football, fue fundado por la clase obrera. También el West Ham, pero mientras los lions provienen de una zona de estibadores, los hammers lo hacen del sector del metal. Causa, unido a lo local, de la rivalidad. Hay un suceso que termina por sacar a la luz su odio: una huelga general por los años ’60 que aficionados del Millwall apoyaron y del West Ham no. Cinco décadas de peleas con muertes incluidas.
Su actitud de odio aumenta con un equipo como el West Ham, por su rivalidad, pero también adquiere intensidad con clubes que son también famosos por sus temidas aficiones, Leeds United, Hull City, Stoke City, Birmingham City…
Las tres ‘batallas’ del Millwall más famosas
Son tres las actuaciones de los ‘Bushwackers’ y ‘The Treatment’ que serán recordadas para siempre. En 1978 cuando en la FA Cup les tocó jugar en Ipswich City. Antes del encuentro estalló la batalla donde hubo lanzamiento de ladrillos y piedras entre ambas aficiones. La lucha se desplazó de los aledaños del estadio a las calles adyacentes, ahí ya se utilizaron bates, cuchillos y botellas. El club fue excluido de la competición durante dos años.
En 1985, el Millwall se desplazó a Luton para disputar un encuentro de la ‘FA Cup’. A los 14 minutos del choque, este tuvo que ser interrumpido porque hubo invasión de campo. Posteriormente, hubo lanzamiento de asientos, hasta 700 acabaron en el césped. El balance fueron 81 heridos, 31 de ellos eran policías. Incluyendo a uno que, mientras hacía el boca a boca a un compañero, fue pataleado. El Millwall fue multado con 7.500 libras y el Luton prohibió la entrada a la afición visitante para los siguientes seis años.
En 2002, en casa, el Millwall fue eliminado en las semifinales de la FA Cup por el Birmingham City. La afición no se lo tomó bien y tomaron las calles enfrentándose a la policía. 45 de estos fueron heridos y unos 900 hooligans implicados en la pelea. Edificios dañados y dos coches quemados fueron otras de las consecuencias de esa derrota.
La violencia como medio de expresar la superioridad. El fútbol en segundo plano; los puños, primero. Este martes alguien fue más allá y sacó un arma blanca para perforar el pecho de otro hincha. No iba a hacer daño, apuntó a un pulmón. Afortunadamente, la persona permanece estable en un hospital de la capital inglesa.»
VÍDEO DO MILLWALL - LUTON, 1985.
http://www.elconfidencial.com/deportes/millwall-hooligans-peligrosos-mundo-20090827.html
Sem comentários:
Enviar um comentário